El sector privado ha ajustado nuevamente el pronóstico de crecimiento del PIB de México para 2024, reduciéndolo a 1.57%, marcando seis meses consecutivos de revisiones a la baja. 

Este cambio refleja factores como la incertidumbre interna y los desafíos en gobernanza, lo que afecta la confianza empresarial. A pesar de la desaceleración económica, se espera que la inversión extranjera directa aumente ligeramente, alcanzando los 38,411 millones de dólares. Sin embargo, la inflación sigue siendo una preocupación, con un pronóstico del 4.69%, lo que podría complicar el panorama económico.

Por otro lado, el nearshoring y las oportunidades comerciales internacionales continúan presentando un área de crecimiento, pero las empresas deben adaptarse a un entorno cada vez más volátil. 

México sigue siendo un actor clave en las cadenas de suministro globales, aunque su estabilidad económica depende de factores externos y la capacidad del país para abordar retos estructurales.

Conclusión:
Aunque el crecimiento económico de México para 2024 enfrenta revisiones a la baja, existe un rayo de esperanza en el aumento de la inversión extranjera directa y las oportunidades generadas por el nearshoring. 

Las empresas mexicanas deben ser cautelosas y estratégicas, centrándose en aprovechar las oportunidades comerciales internacionales mientras navegan por los desafíos locales como la inflación y la incertidumbre política.