El nearshoring está convirtiendo a Europa del Este en la nueva China
Estudio realizado por The Economist
Estudio realizado por The Economist
Estudio realizado por The Economist
La región de Europa Central y Oriental (CEE) ha cobrado relevancia en los últimos años como un destino clave para las inversiones extranjeras. Mientras que la Unión Europea ha implementado restricciones a las importaciones chinas, este verano, China facilitó la importación de aves de corral polacas, un gesto simbólico que refleja su estrategia de inversión y fortalecimiento de relaciones con los países de esta región.
Las economías de la CEE están aprovechando las tendencias de near-shoring y friend-shoring, a medida que las empresas trasladan la producción más cerca de los mercados europeos o a países considerados políticamente más estables. Estos factores, sumados a la necesidad de reducir costos, han posicionado a la región como un destino atractivo para la inversión.
Un informe reciente sobre la competitividad europea, elaborado por Mario Draghi, destaca la urgencia de la Unión Europea de construir cadenas de suministro más resistentes e invertir en la producción de bienes clave, como los semiconductores. Los países más nuevos de la UE, como Polonia y Hungría, están en una posición privilegiada para capitalizar esta situación, con ejemplos como el impresionante crecimiento de Polonia, que ha visto cómo su inversión extranjera directa (IED) se ha duplicado en los últimos años, consolidándose como uno de los principales destinos de IED en Europa.
Existen tres razones principales que impulsan el auge de las inversiones en Europa Central y Oriental:
La transición hacia la neutralidad climática: La necesidad de construir nuevas capacidades de producción para vehículos eléctricos, baterías y otras tecnologías relacionadas con la energía limpia ha convertido a la región en un lugar atractivo debido a sus costos más bajos en comparación con las economías más desarrolladas de Europa Occidental.
El exceso de capacidad manufacturera en China: A medida que el crecimiento de China se desacelera, su enorme sector manufacturero está generando presión sobre los productores europeos, quienes buscan trasladar su producción a regiones de menor costo, como Europa Central y Oriental. Esto está transformando a la región en un núcleo de producción de automóviles y otras industrias clave.
Tensiones geopolíticas y cadenas de suministro: La rivalidad entre Estados Unidos y China, junto con la posición de Europa en medio de esta disputa, está obligando a muchas empresas a reconsiderar sus cadenas de suministro, fomentando el near-shoring y la producción local en Europa.
A pesar de los beneficios que trae la inversión extranjera directa, también plantea algunos riesgos para las economías de la región. Un número significativo de sectores clave, como el automotriz y el bancario, están controlados por empresas extranjeras. Esto ha generado críticas por parte de movimientos populistas, que argumentan que la IED puede frenar el crecimiento salarial y aumentar la desigualdad, aunque los datos muestran que los salarios en Polonia, por ejemplo, han crecido de manera sostenida.
Asimismo, la dependencia de la región de las inversiones y el conocimiento técnico extranjero plantea dudas sobre su capacidad para desarrollarse de manera independiente. Los países de la CEE invierten significativamente menos en investigación y desarrollo (I+D) que sus contrapartes de Europa Occidental, lo que podría limitar su capacidad de innovación a largo plazo.
Europa Central y Oriental se está consolidando como un actor clave en la economía global, atrayendo inversiones extranjeras por su mano de obra más barata, regulaciones menos estrictas y proximidad al mercado europeo. Sin embargo, el auge de la inversión extranjera conlleva desafíos que deberán ser abordados para garantizar un desarrollo equilibrado y sostenible. La región tiene el potencial de seguir creciendo, pero deberá encontrar un equilibrio entre la dependencia del capital extranjero y la construcción de capacidades propias, especialmente en áreas como la innovación y la producción de alta tecnología. Las oportunidades son inmensas, pero también lo son los riesgos. Las decisiones que tomen los líderes de la región en los próximos años serán cruciales para definir el rumbo de su desarrollo económico.
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